Decreto propuesto por Alfaro para el Bajío, sin pies ni cabeza; no garantiza la protección hidrológica del acuífero

“Uno de los principales problemas ambientales que tenemos en Jalisco es la desvinculación intersectorial, cada quien anda por su cuerda. Por ello es importante hacer una consulta, porque todos somos responsables” Miguel Magaña Virgen.

Decreto propuesto por Alfaro para el Bajío, sin pies ni cabeza; no garantiza la protección hidrológica del acuífero
"Mi postura siempre será que las Villas Panamericanas deben de ser demolidas y que se de nombrar al acuífero como Area de Protección Hidrológica", titular de lnstituto de Derecho Ambiental (IDEA) Raquel Gutiérrez Nájera.

Guadalajara, Jal. — Decretar el Bajío zona de recuperación ambiental, como lo anunció la semana pasada, el gobernador del estado, Enrique Alfaro Ramírez, no abonará a cuidar el acuífero de los intereses de los grupos de poder económico de Jalisco, al que se ve sujeto el área, en este caso los constructores; tampoco garantiza la protección hidrológica, al comprometer una de las fuentes de agua de la zona conurbada de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZGM), y los derechos de los ya habitantes de la zona. Además de la poca sociabilización e integración en la toma de decisión que se ha tenido en el proceso.

La titular del Instituto de Derecho Ambiental (IDEA AC), Raquel Gutiérrez Nájera, puntualizó que debido al vacío y a la incongruencia que guarda el decreto, se tomará una acción jurídica contra el mismo.

“No le va ayudar de nada a esta zona, ni es la figura, ni los estudios técnicos justificativos que están los cumple, ni siquiera los lineamientos de la ley estatal de protección ambiental que mencionan están cumpliendo. Es lamentable que se saquen decretos de la manga de este tipo, engañando y dando una solución mediática a un problema tan serio como es la recarga del agua, esto es una vacilada”.

La ausencia del cómo, cuánto, dónde y a qué se va a dedicar el área una vez que esté regenerada son puntos de los que carece el decreto, por lo que nombrarlo como área natural protegida (ANP) es una acción concreta que garantiza a el Bajío la continuidad de la recarga de agua al establecerse claramente el uso, manejo y un programa integral con el objetivo de proteger la infiltración, externó el investigador y especialista en impacto ambiental de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Miguel Magaña Virgen.

Un área natural protegida es una zona que tiene características singulares y que por su contribución a las cuestiones ambientales deben de ser protegidas legalmente. En este caso el acuífero es jurisdicción federal por lo que debe intervenir el gobierno federal para protegerlo, pero la parte superficial que es el suelo debe estar bajo la regulación del municipio, en este caso Zapopan, de tal manera que el uso de suelo lo determina el municipio y el manejo y el concepto del acuífero la federación.

La importancia de nombrar el Bajío como área natural protegida es porque se resguarda el resto del área que no ha sido manipulada por construcciones ilegales para casa habitación, o permisos ilícitos, como en su momento las Villas Panamericanas, el estadio Omnilife, y el resto de las poblaciones aledañas, es decir, se pone un alto a las construcciones, para garantizar que toda la infiltración de agua que existe continué y de esa manera la distribución de este líquido vital a los pobladores de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG).

Por otra parte Miguel Magaña, comentó sobre la incongruencia que guarda el programa de restauración ambiental, también propuesto por el gobernador de Jalisco, dentro del decreto como una segunda acción para cuidar del Bajío.

“Restaurar es regresar a las condiciones originales, pero la pregunta es ¿entonces me vas a quitar el estadio, las Villas Panamericanas, el 40-50% de fraccionamientos que están ahí?, eso es una incongruencia, es un documento hecho a la carrera, que no tiene soporte científico, y que le niega al Bajío la posibilidad declara como área natural protegida ya sea por el estado o por el gobierno federal”.

La suma de voces de los académicos, especialistas y defensores ambientales, busca abrir diálogo para proponer soluciones con propuestas sólidas y apoyadas en estudios y análisis con conocimiento de causa sobre el área del Bajío y que se tome una decisión colegiada ya que todos los ciudadanos son dueños de los ecosistemas, así como responsables de los mismos.

Permitir que las Villas Panamericanas se conviertan en vivienda, da pie a que más constructoras se vean interesadas en manipular la zona, porque los habitantes que lleguen al lugar también tienen derechos, como lo son servicios públicos, educación, entretenimiento, por mencionar algunos, lo que ocasiona se comience a construir dentro del área.

El Bajío debe de ser nombrado como Área Natural Protegida, y ese decreto le está quitando el derecho de serlo, comentó Miguel Magaña Virgen, especialista en impacto ambiental en la Universidad de Guadalajara (UdG).
Alfaro puntualizó que de las 980 hectáreas del Bajío, 315 están urbanizadas y 16 son ocupadas por las Villas, por lo que el Bajío ya no puede ser un área natural protegida.